miércoles, 28 de mayo de 2014

TEATRO ESCOLAR. CBM.CEIP LA CONCEPCIÓN. 2014

 
 
El Taller de Teatro "La Loma" se dispone a representar el espectáculo "El Kiosko".
El grupo de actores lo componen alumnos del colegio La Concepción.
La obra es una adaptación propia de la responsable del grupo
ISABEL RODRÍGUEZ MESA,
sobre el conocido libreto de la obra del mismo nombre del autor José Luis Marqués.
El grupo de actores lo componen alumnos de cuarto, quinto y sexto de Educación Primaria del Centro.
ENHORABUENA A TODOS POR VUESTRO GRAN ESFUERZO.
¡FELICIDADES!
 
 
 
 




Un kiosco de periódicos en un barrio cualquiera de Sevilla. Candelas, la kiosquera  está abriendo el negocio y quitando el polvo mientras coloca los periódicos, las revistas, los tebeos y demás chismes de un kiosco .Mientras canturrea esta copla :
** LA ZARZAMORA **
 





  En el café de Levante entre palmas y alegrías,
cantaba la zarzamora;
se lo pusieron de mote porque dicen que tenía
los ojos como la mora.




Candelas.- Han visto Ustedes lo contenta que estoy por las mañanas, y tengo motivos pa estar alegre. Estoy alegre por este Kiosquito que ma concedío el Ayuntamiento, si señores. Yo soy viuda y cuando murió mi marío “que en gloria esté”, me quedé sin un real, porque Agapito era muy bueno, pero se lo gastaba to en la taberna, así que me dejó con una mano alante y otra atrás. No, no señores, no estoy contenta porque se me muriera mi Agapito, sino porque una ha batallao y batallao, hasta conseguir esto.. Ahora les cuento mientras coloco los cachivaches de mi kiosquito, que ya no sabe una donde ponerlos ¡Osú María y José!      
    



Candelas.- Verán Ustés, ya va pa sinco años que tengo este kiosco y ya me conozco la vía y milagros de toos los vesinos de este barrio; les puedo desir a la hora que viene ca uno al kiosco, cuales son sus ideas políticas, me se de memoria sus chascarrillos, se quien se lleva mal con quién, quien se casa, quién se separa, quién va a tener un niño, a quién han echao del trabajo, en fin, too. Pero yo siempre tengo una palabra bonita pa cada cual, una palabra de ánimo, de consuelo, de enhorabuena y ellos me lo agradesen ¿Qué trabajo cuesta eso? Y así mi negosio va viento en popa. Verán ahora a las nueve menos diez minutos vendrá D.Anselmo , un funsionario jubilao que to los días compra su periódico y una bolsita de alpiste pa las palomas. Miren por allí viene. Es puntual como el carillón de Córdoba.
D.Anselmo.- Buenos días Candelita, presiosa
Candelas.-  Buenos días, D. Anselmo, ¿Lo mismo de siempre, verdá?
D.Anselmo.- Así es , Candelitas, dame mi ABC y la ración de alpiste, que mis palomas y mis pajaritos me estarán esperando como agua de Mayo y además con la buena mañana que hase , en el Parque de María Luisa se tiene que estar muy bien.
Candelas.- Pero abríguese D.Anselmo, que luse el  sol, pero la mañana está fresquita y usté con su reuma no debe coger frío.
D.Anselmo.- ¡Ay hija! Y que lo digas , que cada vez tie uno peor las bisagras. Hoy me he levantao con un dolor de rodillas que ya, ya.
Candelas.- Ande, ande, no se queje que está usted todavía pa partir corasones , nadie le diría la edad que tiene.
D.Anselmo (Estirándose todo lo que puede) ¿De veras Candelita, tú crees que estoy todavía de buen ver?
Candelas.- Pues claro, D. Anselmo, pues claro , Vamos que yo porque le guardo el luto a mi marío, si no yo misma le diría algún piropo.
D.Anselmo.- ¡Qué guasona eres Candelitas! No, yo te lo digo porque hay una señora en el parque, que también le lleva comida a los pajarillos, que está de muy buen ver. Sólo tiene 75 años, es muy educada y ya me ha tirao alguna que otra indirecta: qué si vive sóla, que que mala es la soledad, que cómo vivo yo sólo sin una mujer que me atienda. Y yo, claro, me he hecho el distraido, pero he cogío la indirecta
Candelas.- ¡Pues adelante, D. Anselmo, no se lo piense que la vida es muy bonita
D. Anselmo.- Toma Candelas, 1,80, ¡Qué pases una buena mañana!
Candelas.- ¡Vaya Usted con Dios! D.Anselmo . Qué cándido , Mira va como un chaval de 20 años. No hay cosa más bonita que desirle una frase amable y cariñosa a los ansianos ¿Y que trabajo nos cuesta? (Sigue colocando cosas en el kiosco)

    















(Entran en escena Mª Luisa y Hortensia. Se paran a charlar delante del kiosco)
Mª Luisa: ... Y me dise el jardinero, con una grasia que no se pue aguantá : Otra vez cuado pases por este  jardín, ¡Morena! avisa con tiempo a los rosales mujer, que se me mueren toas las rosas de envidia. Claro, que te voy a desí ; ver a aquel hombre chequetillo, desgarbao y sesentón, desir esas cosas tan bonitas a una mujer, solamente pasa aquí en este Sevilla de mi alma. Naturalmente yo me hise la estirá, pero me iba partiendo de risa.
Hortensia: (Riéndose) Es verdá, aquí los hombres tienen una grasia especial .El otro día iba yo por la calle Villegas a salir a la Plasa El Salvador y estaban sacando un camión de un garaje y le desía el ayudante al conductor : tira, tira ya, dale , dale hombre y como tardase un poco el conductor va y le dise : Hombre dale ya, que a este paso lo que le va a da es un infarto al camión .
Mª Luisa: (A carcajada limpia) Y un guasón el otro día en la calle Cabeza del Rey Don Pedro, a la verita  La Alfalfa , uno que vende cupones de siegos y que ve mejor que tú y que yo. Pues verás: Pasaba un cheposo a su vera cantando el hombre mu contento, será una rosa, será un clavé y va el guasón de turno y le dise: y lo que llevas atrás compadre, ¿que es la maseta? No se pue aguantá la grasia de este pueblo.
Hortensia: (Riéndose a mandíbula batiente) Y lo optimista que somos. No nos entristese na, aquí hay poca gente con depresión. Pues yo no sé si sería el mismo que tu dises porque me lo encontré en la calle Sales y Ferré que está allí al lao , mira: jorobao, contrahecho con una muleta en ca braso, era un cromo y el gachó iba cantando aquello de: grasias a la vía que ma ha dado tanto, grasias a la vía y por eso canto... Mira la gente se tenía que poné una mano en la boca pa no echá la carcajá, y no pa reirse de él (Dios me libre, pobresito) , sino por la ocurrencia; se pue aguantá mejor humor y más optimismo.
 Mª Luisa:   Los sevillanos somos así. El otro día iba por la calle Sierpes un borrachín que iba dando tumbos de un lao a otro, los viandantes, claro, se apartaban pa dejarle pasar y ya le para un monicipal y le dise : váyase pa su casa amigo, que va Ud dando más giros que curvas tiene la serranía de Ronda. Y le dise el beodo, ¿insinúan Sr monisipa, que estoy bebido?  Pues sepa Ud que yo no bebo por prescrisión facultativa y que como llevo un día sin beber pues he entrao en ese bar pa celebrarlo, ¿He cometío algún delito?.  
Las dos.- ( Nueva carcajada )
Candelas.- Ya veo, ya, que os estáis partiendo de risa ¿Acaso hay algún chisme nuevo que yo desconozca?
Mª Luisa:   ¡Qué va! Estamos riéndonos del ángel que tienen los sevillanos, que no se pue aguantá.
Candelas.- ¡Ah! En eso somos únicos.  Aquí en el kiosco, se ven muchas cosas de too tipo y algunas mu grasiosas. La otra tarde se aserca un turista chapurreando el español y le dise a una señora que estaba comprando el periódico:  .¿Poder decir Vd, donde quedar la Torre Eiffel, por favor? Y le dise la señora con mucho ángel: Hombre, yo por desirle donde queda la torre Eiffel se lo diría, pero no sé si es esa que está a punto de caerse o una de hierro mu fea, que parese las vías del tren saliendo de la estación de Santa justa. Pero si le da a usté igual, vaya usté a ver a la Giralda que está hecha de encajes y bordaos y es la más bonita der Mundo, y esa, esa se queda aquí con los sevillanos. Mira er muchacho se quedó alusinao, ¡Mira que venir a Sevilla a preguntar por la torre Eiffel!   
Hortensia.-   Bueno, chicas que yo tengo mucho que haser y a las dos y media tengo que tener la comía pa mi marío que viene de trabajá.
Candelas.- Sí, sí, ya veo que tenéis mucha prisa las dos y lleváis delante el kiosco una hora y media dándole al palique.
Hortensia.- ¡Hombre! De arguna manera se tie una que expansioná ¿no te parese?
Mª Luisa .-  Yo como no tengo esas atauras, me pudo permitir el salir a paseá todo cuanto quiera. El matrimonio es una esclavitú. Anda dame la revista de cotilleo, haber que ha pasao por fín con el pretendiente de Terelu Campos, que me tiene en ascuas.
Hortensia.- Es que a las mujeres nos gusta el “morbo” , no hay más que ver que vendes más revistas que periódicos.
Candelas.- ¡Ojo! No te pases que las revistas del corazón las compran las mujeres pero luego las leen también los hombres, que lo sé de buena tinta.
Las dos.- Bueno, nos vamos , que se te de bien hoy Candelitas.
Candelas.- Grasias y que ustedes lo vean. (Comentando para sí) ¡Vaya dos!, estas no tienen preocupaciones, se ríen de la vida misma. ¡Qué humor!

  












Juan.-     ¿Dónde hay una maseta pa plantar esta flor? ¿Adónde está el escultor que ha diseñao este rostro? Díganme donde está  el poeta que ha escrito este bello poema ¿Dónde se han metío? Ésta es la mujer más bonita de toa Sevilla.
Candelas.- Uyuyui , que zalamero vienes Juan, algo me vas a pedir, seguro.
Juan.- ¿Yo? Qué mal pensá eres Candelitas, Yo sólo te pediría a ti... en matrimonio, pero tú te niegas.
Candelas.- Con que en matrimonio ¡eh!   ¿Ya te has gastao los veinte euros que te presté ayer, pa no se que negosio?... ¿Y los diez, que te dejé anteayer porque no tenías suerto?...
Juan.- ¡Hombre Candelitas! No me fastidies, un negosio fallido lo tie cualquiera, pero cuando yo digo que te lo devuelvo es que te lo devuelvo y además ahora mismo, ¡fíjate! (Se echa la mano a la cartera)... Y digo yo veinte y diez son treinta ¿no?. Mira vamos a haser una cosa pa redondeá. Como tengo que ir a la plasa a comprar y no me quiero quear sin dinero, tu me das un billete de sincuenta euros, yo te doy estos treinta que llevo aquí y es como si te pagara y tú me prestaras sólo veinte ¿Qué te parese?
Candelas.- ¿Que qué me parese? ¡Qué eres un sirvengüensa! Eso me parese ¿Pero tú te has creío que yo soy tonta?
Juan.- ¡Qué mal pensá eres Candelita de mi corazón ! Si tú eres pa mi lo primero como dise el cantá, como te voy a engañar yo a ti; lo que pasa es que últimamente no me sale na bien, por mucho empeño que le ponga, y estoy desesperao, pero nunca engañaría yo a la dueña de mi corasón. (Poniendo voz compungida)
Candelas.- ¡Anda salamero! Toma veinte euros y empléalos bien ¡eh que ya no te dejo ni una gorda más
Juan.- ¡Dios te lo pague mujé ! Qué vendas to la prensa y tos los cachivaches en un santiamén y que como er cuento e la lechera, te pueas comprar una tienda y después unos almacenes y después...
Candelas.- Anda, anda y que como er cuento e la lechera, se me caiga er cántaro y adios, almacenes, adios, tienda y adios kiosco que es lo único que tengo.
Juan.- (marchándose) Adios Candelas, no te pongas así mujé. Bueno, me voy, que los negosios no esperan y además tú no estás de humor.
Candelas.- (Hablando en voz alta, consigo misma) ¡Qué los negosios no esperan ! ¡Qué los negosios no esperan! Er que no esperas es él ar trabajo, éste ve un pico y una pala, y dise que no lo toca porque tien la gripe aviar. (pausa). Pero en fin me da pena el pobresillo.